Varias son las razones por las que la estabilización de explanadas ha tenido y tiene en España una amplia difusión. Entre ellas, cabe destacar la consecución mediante esta técnica de una buena plataforma de apoyo que colabora estructuralmente con el resto del firme, el permitir circular por terrenos intransitables, reducir la sensibilidad al agua de la explanada y en general una mejora de la durabilidad de todo el firme, incrementándose la resistencia a la fatiga, a la erosión y a los agentes climáticos de todo el conjunto.
Hoy en día, las necesidades funcionales, económicas y ecológicas en la construcción de infraestructuras determinan un mayor uso de suelos estabilizados. Debido a la creciente escasez de materiales naturales de calidad, se busca cada vez más el aprovechamiento de suelos locales, diseñándose un firme económico y duradero.
La normativa vigente recomienda esta técnica para la capa superior en la formación de las explanadas, por razones de seguridad y uniformidad de la capacidad estructural en toda la traza, frente a una aportación directa de suelos sin tratar.
A todo ello se suman importantes ventajas medioambientales al permitir el aprovechamiento de los suelos existentes en la traza, aunque estos sean suelos marginales o inadecuados, evitando también la creación de vertederos.
Los suelos estabilizados in situ con cemento o con cal, conocidos y hasta normalizados mucho antes, empezaron a ser la regla más que la excepción no sólo cuando los suelos locales no eran apropiados por su sensibilidad al agua, erosionabilidad, cambios de volumen, etc., sino cuando se deseaba una elevada capacidad de soporte, acorde con la importancia de la vía. Actualmente las propuestas de 1975 han sido refrendadas y puesta al día en las categorías de suelos mejorados con cemento o con cal S-EST 1 y S-EST 2 y de suelos estabilizados S-EST 3 con cemento.
En los años 90, las restricciones ambientales respecto a préstamos y áridos de calidad impulsan con fuerza tanto las explanadas estabilizadas como el reciclado de firmes. Ambos se desarrollan gracias a la disponibilidad de potentes máquinas estabilizadoras-recicladoras y a unos costes competitivos.
La estabilización se puede aplicar en un gran número de proyectos, como son la formación de explanadas para todo tipo de carreteras, realización de caminos rurales y pistas forestales, aparcamientos y explanadas de fábricas, áreas de almacenaje, pistas de rodadura y servicio de aeropuertos, vía ferrocarriles, revestimiento de canales y lagos, estabilización de laderas, recuperación de terrenos contaminados o rellenos estructurales..